El tratamiento de suelos contaminados

El tratamiento de suelos contaminados es una tarea fundamental dentro de los servicios de ingeniería y medioambiente. Los daños al suelo pueden ser de tipo biológico, físico y químico. La presencia de sustancias tóxicas en el suelo puede proceder tanto de la actividad humana como de fenómenos naturales.

¿Qué elementos pueden contaminar el suelo?

El tratamiento del suelo contaminado es la tarea por la cual se conoce el tipo de sustancia tóxica que le afecta.

Entre estas sustancias pueden estar los metales pesados, aquellos que presentan una densidad superior a 5 gramos por centímetro cúbico. Los metales pesados más habituales son el hierro, el manganeso, el zinc, el boro, el cobalto, el arsénico, el vanadio, el cobre, el níquel, el molibdeno, el plomo, el mercurio o el cadmio.

La lluvia ácida altera la acidez de los suelos y los contamina. La presencia de sustancias como el dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno reaccionan con el agua y el oxígeno provocando ácido sulfúrico y nítrico. Estos últimos se depositan en las plantas y las aguas contaminando el suelo.

Los servicios de ingeniería y medioambiente también tratan suelos contaminados por la acción de la salinización. Esta se produce cuando se acumulan sales más solubles que el yeso y tiene efectos negativos en las propiedades físicas y químicas del suelo. La salinización del suelo se puede producir por causas naturales o por la acción del hombre.

Otros elementos que contaminan el suelo son los fitosanitarios, la actividad minera y contaminantes orgánicos como los hidrocarburos, los fenoles, los nitroaromáticos o los alcoholes y los disolventes clorados.